Como hemos dicho, el aumento de glúteos con prótesis es una técnica recomendada en pacientes delgadas y con poca grasa corporal, con lo cual se conseguirá un mayor volumen y una mayor proyección del trasero, así como corregir las asimetrías en glúteos más importantes.
En el caso de usar implantes, estos pueden ser colocados por encima, dentro o detrás del músculo, de acuerdo a la fisonomía corporal del paciente. No obstante, en la mayoría de los casos, son colocadas detrás del músculo, para conseguir un resultado final más natural y evitando otros inconvenientes, como caídas en la nalga.
Este procedimiento se realiza mediante una pequeña incisión, de dos centímetros, en la unión de la nalga, por donde es introducido el implante, ubicándolo debajo del músculo glúteo. Además, se logra dejando una pequeña cicatriz resultante quedará estratégicamente escondida en los pliegues.
En este caso, los implantes son distintos a las prótesis mamarias. Suelen ser más duras y compactas, pues deben aguantar más tensión y peso; mientras que el procedimiento tiende a ser más duradero, a menos que el paciente sufra un accidente o se rompan, no habría que cambiarlas.
La gluteoplastia es realizada con anestesia raquídea o epidural y el paciente deberá dormir boca abajo durante una semana post-cirugía. Después de unas semanas de reposo, el paciente podrá volver al trabajo, siempre y cuando no deba realizar esfuerzos físicos.
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